Lo contrario del mar
es un reloj de arena.
Un espacio triste y artificial,
claustrofóbico
y siempre inquietante.
Lo contrario de una caricia
es la voz metálica
de tu contestador telefónico.
Pido un poco de calor
y me ofreces una manta
de dibujos disney
con banderas apestosas.
Me levanto con el corazón arrugado
y perezoso.
Tú me miras y preparas en silencio
un café repleto de cicatrices.
La taza de porcelana azul se rompe. Yo también.
Lo contrario de Venecia
es esta ciudad rodeada de agua
pero siempre sedienta.
Una ciudad adicta a las baldosas
y a los turistas
con horario fijo.
Este es un poema incluido en el poemario “La victoria del heno”, con el que la poeta zaragozana Marta Navarro ganó recientemente el Premio de Poesía Victoria Kent 2007. Yo creo que Marta Navarro posee un lenguaje muy personal, con una valiosísima inclinación a dotar a lo próximo y al detalle casi cotidiano de un nuevo sentido, que ahonda en una realidad no tan visible, pero siempre sin perder de vista lo inmediato, sin olvidar el primer impulso semántico. Un lenguaje que suma, pues, realidades y nos conduce, mediante el discurso poético, de una a otra, de tal forma que sus límites se pierden en ese discurso. El poema es así un lugar cómodo, cercano, cálido, aunque al mismo tiempo nos enfrenta sin concesiones al espejo de la reflexión.
Marta Navarro es una de las mantenedoras del blog Entrenómadas.
La fotografía, que a mi me gusta mucho, es de Carlos Manzano, escritor y fotógrafo, quien en otoño presentará su segunda novela que publicará Mira Editores. Carlos Manzano edita, junto a Magda Díaz, la revista Narrativas. La fotografía de Venecia fue publicada, dentro de un sugestivo reportaje, en el número 12 de El Cronista de la Red.


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