Le decía a 39 Escalones en los comentarios a su post de hoy ¡sobre la película Raza, aquel engendro ideado por Franco!, -muy bueno el post, por cierto, como acostumbra Escalones- que este fin de semana he visto “Trece rosas” y que no me ha gustado. Sin embargo, permanecí apabullada ante la historia contada, como le sucedió a la gran mayoría del público asistente. Esas cosas se notan. Tal emotividad se debe sin duda al impacto que ejerce sobre el espectador la barbaridad de los hechos narrados, absurdos, desmesurados. También es cierto que la edad media del personal no era demasiado baja. Vi a algunos jóvenes. Pero muy pocos.
Pensaba el sábado, entre lagrimones, que estos temas de nuestra memoria colectiva cada vez interesan menos a las generaciones más recientes. Seguramente que muchos dirán aquello de que la cosa no va con ellos. Yo, sin duda por deformación casi profesional, creo que el conocimiento de la historia no estorba a nadie. Más bien lo juzgo imprescindible. Y hay episodios de esa historia que resumen, con dos puñetazos en el alma, el sentido más complejo de lo sucedido en una época.
Preguntarse qué pasó, y por qué pasó, en aquellos desgraciados momentos de nuestra historia, o en otros de la historia universal, es un ejercicio de humildad individual y colectiva que seguramente nos vendría muy bien a esta panda de engreídos en que nos hemos convertido. Quizás ayudaría a nuestros jóvenes a construir otro futuro del que parece esperarnos. Los 56 jóvenes fusilados el 5 de agosto de 1939 se atrevieron a hacerlo. Y una de ellas, Julia Conesa, escribió a su madre, en la carta que todas las muchachas tuvieron la oportunidad de redactar antes de ser fusiladas, la frase que justifica que todavía sigamos recordando episodios como éste: “que mi nombre no se borre en la historia”.
Un enlace a la entrada de Wikipedia para la historia de las Trece Rosas. Si alguien tiene mucho interés, allí se anotan algunas fuentes y libros a consultar.
Otro enlace a un artículo de El País del año 2005 y otro de El Mundo que también contienen documentación
*Actualización: 39 Escalones llama la atención en su comentario a este post sobre las cosas que cuenta hoy Pío Moa en el periódico «Público», a propósito de su último libro. Si pincháis, pues ya veréis. Creo que hay que saber que cosas como las que dice este hombre se siguen pensando en este país, a pesar de todas las revisiones documentales e históricas que ya se han verificado.

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