Carta de Federico García-Lorca a Pepín Bello:
Querido Pepín: Ya estoy en Granada, pero sin carta tuya. Eres un tío ya incorregible. Vivo en la preciosa Huerta de San Vicente, llena de jazmines y rosales. Un aragonés no puede nunca saber del dolor de cabeza producido por las flores en la noche andaluza. Del jardín sube a mi cuarto un aire divinamente irrespirable. Por las noches subo a Granada con mis amigos. Hay centenares de mujeres vestidas de odaliscas sudorosas y llenas de gasas. Los tranvías se ponen estilo árabe y mi corazón estilo… Bueno ¡estilo checo-eslovaco! No bebo cerveza porque no me gusta la de Granada, pero sí bebo vino y de ¡buena clase¡ Se hace lo que se puede. El pobre Emilio [Prados] está otra vez malo, ¡qué tristeza más grande! ¡Recuerdos a todos! ¡Escríbeme, por Dios! No seas penco.
¡Un abrazo de verdad!
Federico
(a mis señas de Graná)
Adiós a dos grandes.Que pena Luisi…
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Una pena. ¿Habrá relevo para ellos?Besos
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Cuando me he enterado me ha dado una pena enorme. Adiós a un maestro de la poesía. O mejor decir hasta siempre.Un beso
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Y adiós a un hombre que forma parte de la historia de nuestro país.Buena pregunta, Alfredo.Nos quedan sus libros y sus recuerdos.Y eso es un tesoro.Más besos
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Se fueron pero quedan.Con Pepín se acaba -supongo que el último- que aún quedaba de los que acompañaron la adolescencia de mi padre.Besos
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Qué pena Luisa. Se me escapaban las lágrimas.
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¿Escribían bien? ¡Tenían cara de buenos! (Juan Pérez Gargallo – 6 años)
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Melancolía compartida ya por todos.Antonio, qué genial Juan, qué certeros los niños. Cuidale mucho, es un crack.Un beso a todos.
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Hermosa forma de recordarlo.abrazos
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