Ayer por la tarde Antón Castro presentó, en la librería Cálamo de Zaragoza, su nuevo libro de relatos «Fotografías veladas» (Xordica). Fue una reunión llena de energía. La intervención de Roberto Miranda inigualable. Roberto Miranda se empeña una y otra vez en hacernos sentir que la vida es divertida, interesante y apasionante. Se le notaba feliz hablando sobre el libro de Antón: de mirada ahondadora y también apasionada. Los tropos con que Antón Castro se ayuda para generar su particular mundo poético-narrativo aún cobraban más estatura en la interpretación de Roberto Mirada. Ambos, subidos a la escalera de Cálamo, demostraron que es posible la mixtura entre la tierra densa, roja del Jalón morisco y la transfiguradora bruma «do mar» galaico: todo territorio legendario.
Encarna Samitier contrapunteó. Con ella apareció el Antón Castro de a pie, en su mesa del periódico, en la máquina del café, en su permanente disposición a echar una mano a todo el mundo (éso lo certificamos muchos). Habló también Encarna Samitier de la precisión del castellano de los escritores de la periferia «no castellana», de la presencia de casi todos los paisajes de Aragón en este último libro del gallego Antón Castro, del lenguaje de Antón: metáforico, sugerente y exacto sin embargo. Habló de todo ésto y alguna cosa más, y éso que Paco Goyanes le había extraviado los papeles buenos…
Antes de escribir un montón de dedicatorias (gracias por la parte que me toca, tan guapa), Antón nos contó de sus dudas acerca de los límites entre realidad e invención o ficción, de su amor por Aragón y Zaragoza, y también por el Real Zaragoza, de los fotógrafos y de las sirenas.
Sé que Luar na Lubre es un grupo que le gusta a AC. A mi también, y más desde que disfruté con ellos muchísimo durante su actuación en la pasada Expo. Así que video dedicado.
Luisa Miñana
@luisamiñana 
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