
me han crecido nombres como extremidades, como ojos, como bocas. Me parezco a los cuadros de Warhol y a los ceniceros de los hoteles, a una diosa oriental
Con todas las bocas te llamo y con todos los ojos. Con todas las extremidades podría abrazarme a ti, pues he aprendido desde niña en los documentales que en cualquier país la lluvia es verde y negro el sueño que no llega
Mi tiempo es el tiempo en que puedes mirarme, porque no habito espacio ni sol más allá de este cordón umbilical que a veces es un árbol y muchas otras la carretera que da la vuelta al mundo
Todas mis variaciones que tú amas las he diseminado por el mundo porque alcanza mi deseo para multiplicarme por todas las antenas y pantallas: seré cualquier mujer que tú alimentes o maldigas
Tengo los dedos fríos de quedarme pegada a la fachada de cristal de mi oficina. Vivo en el polo Sur, en medio de la gran tranquilidad, concentrada en el trabajo de posar para ti
a todas horas
ante esta web-cam
Ya no estoy en los catálogos de tus exposiciones, y solamente viajo los fines de semana para alojarme en los hoteles por donde tú has pasado y entiendo que ser libre en este mundo de teléfonos
es una forma de ser intercambiable.

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