El miércoles (17 febrero 2010), a las 19,30 en la Biblioteca de Aragón (c/Doctor Cerrada, 22): ENCUENTROS POÉTICOS (organizados mensualmente por la Asociación Aragonesa de Escritores): de la mano de Emilio Quintanilla y Ángel Sobreviela, hablaremos de Las esquinas de la Luna y me han dicho que también de literatura-internet-tecnologías de la información-estética: poesía-conexion, vamos
como una enredadera crece, sin preámbulos. Duermes. Marcharse
cruje: ya nunca será el vuelo a ras de las palomas.
Será la sombra seccionada de los rascacielos en mitad de las luces
que cubren la ciudad cuando no queda nadie,
cuando ya nadie besa delante de las puertas de los arzobispados
ni delante del cine, ni en medio de la Plaza de España.
Tú me besaste un día, pero ya no me besas
ni detienes mi mano que llama con urgencia un taxi para llegar
al medio de la noche, donde no queda nadie.
Duermes. Estás acostumbrándote a sacar pasaportes
igual que antes jugabas a no mojarte nunca los pies si había lluvia.
Hoy me puse tacones, que ahora suenan sobre esta acera dura
de seis de la mañana, y no sirvió de nada.
Sin embargo, el borracho que abre el bar de madrugada cada día
me ha reconocido y al entrar me saluda.
No volveré a tu casa. Y nunca será tarde para nada.
Me tomaré esta copa, sólo una.
Luego me iré a dormir.
No hay prisa.



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