Mientras voy corrigiendo el próximo capítulo a incorporar y voy haciendo otras cosas, como preparar guiones para Electroletras, voy pensando en este Proyecto Po-pins, que sé que decepcionará al público que sólo busque espectáculo. Adolezco de conocimientos computacionales suficientes como para dar lugar a un producto high tech. Tampoco para Pop-pins me interesa una superproducción. Me quedo con algo así, en plan almodoraviano de primera época. Cuatro trastos y a rodar. Me interesa ver cómo puede comportarse el lenguaje puramente escrito-literario sometido a las nuevas coordenadas del polimorfismo, los sistemas abiertos, la lectura que ya no es lectura strictu sensu…
Y vale hoy. Me duele la cabeza.
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