Siempre me ha gustado «repicar» y «replicar» (en el sentido de replicante, la cuarta acepción del término en la RAE) textos que me parecen interesantes. Y este me lo parece mucho.

Hace apenas unas décadas la formación artística que podía ofrecer la ciudad se limitaba a unos pocos centros aún tomados por el fantasma de la Academia y lo sagrado. Más tarde, en los años 70 y 80, hubo un boom formativo, con su parte positiva y negativa: “ A los alumnos actuales de arte, teatro, danza, etcétera, se les ha enseñado que tiene que llegar a ser genios. En cambio, nadie les habla de la necesidad de sindicarse. El resultado es que los nuevos artistas suelen ser muy narcisos e incapaces de solidarizarse, y al mismo tiempo resultan cómodamente explotables. ¿Y si actuáramos como un colectivo?
(Reproducción parcial del texto del reportaje sobre Simona Levi. Culturas/s. La Vanguardia. Miércoles, 25 de mayo de 2011. Págs. 30-31)
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