Como algunas veces a todos nos ocurre, y así ha sido escrito, la lectura de “Piedra en :U:” (María Auxiliadora Álvarez, Candaya, 2015) ha sido para mí como una especie de deslumbramiento. Sin duda habrá para ello razones y circunstancias subjetivas, ceñidas solamente a mi propia experiencia y mecanismos de percepción y elaboración de emociones y reflexiones. Pero defiendo que también hay importantes razones objetivas, debidas al discurso poético de María Auxiliadora Álvarez, radical y valiente, muy arriesgado y sin red, e igualmente debidas al lenguaje que instrumentaliza dicha poética.
No vale ante esta mujer y su trabajo esgrimir solamente la fórmula manida de “una voz propia” (qué mínimo pedir sino al creador), aunque la de ella lo sea en extremo y con extremos perturbadores. Como bien subraya, en el prólogo al poemario, Juan Carlos Abril: “la poesía de María Auxiliadora Álvarez busca en aquellos lugares menos accesibles las experiencias límites”. Creo que casi toda experiencia humana esencial está explorada en este libro: cómo gestionar el tiempo, las emociones, qué hacer con el pensamiento, cómo amar, cómo ser amado, la familia, la muerte, la violencia, la guerra, el vacío de la desolación, la alegría, la identidad … Porque la capacidad enunciadora y convocante del lenguaje de esta poeta es, créanme, casi absoluta. Con su utilización (que conceptualmente podría decirse cubista y fractal) del lenguaje María Auxiliadora Álvarez genera una nueva realidad. Su poesía reordena y reconstruye el código. Descifrarlo, o al menos ser capaces de transitar por él, nos conducirá a otra parte de nosotros mismos. Como dicen algunos textos de las estelas rúnicas: atrévete a interpretar; atrévete a explorar, diríamos.
Déjenme que les transcriba un poema de este libro. Se llama “el objeto del arte”:
morir
es el término
de un minucioso
trabajo
de arte
su punto
de perfección
:Déjalo
ser:
llegado
un momento
el objeto
del arte
ya no
se puede
volver
a tocar
Piedra en :U:, así con el signo ortográfico de los dos puntos, que en este poemario no dan paso, sino que más bien delimitan y acotan, que encierran, y que señalan, que marcan los conceptos-espacio que pueden ser las llaves, las claves de las puertas, las intersecciones.
Piedra en :U: es el último libro de Álvarez y cierra de momento una ya dilatada y muy exigente trayectoria, que puede ser entrevista, por quienes (como era mi propio caso – qué ignorancia la mía tan imperdonable, qué complicado a menudo no perderse algo tan enriquecedor como este libro, teniendo sin embargo todo tan al alcance-) no la conozcan, a través de la antología “Las nadas y las noches”, publicada también por Candaya (2009). Les dejo con un poema de uno de estos libros anteriores (Sentido aroma, 1994)
VENTANA
oír
el silencio
de los pájaros
es
ahora
una
Ventana
Deja una respuesta