Luisamiñana

Los neurólogos hace ya tiempo que vienen ratificando que el efecto Proust no es de naturaleza exclusivamente literaria y que se extiende a la relación de nuestro cerebro con todos nuestros sentidos (http://bit.ly/1DaROPN)

Personalmente, de un tiempo a esta parte -que se dice- he acumulado algunas experiencias al respecto. Yo creo que de alguna manera tiene que ver con la edad, la mía y la de mi cerebro (que no son exactamente la misma). También aseguran los neurólogos que nuestra memoria configura siempre una ficción en torno a nuestro yo. A este no sé muy bien, pues, quién lo configura. Pero no quería hablar de ésto. Quería contar mi última experiencia relacionada con el efecto Proust.

Ha hecho una mañana espléndida de invierno en Zaragoza, temperaturas bajas sin abusar y sol, sin viento. Al salir a la calle, la calzada y las aceras estaban mojadas (había pasado la cisterna municipal de limpieza). De golpe, sin pensar, sin nada más que mis ojos bajando desde el sol a la acera mojada, he vuelto a ver la Avenida Felipe II de Barcelona donde vivía cuando la gran nevada de 1962 . He vuelto concretamente a un momento de sorprendido juego infantil, cuando la nieve ya se había casi regalado y en la calle el agua fría nos mojaba bajo el sol. Una ráfaga de luz. Aunque muy borrosa ahora.

No he visto nevar muchas veces en mi vida. Y desde luego no he vuelto a ver una nevada como aquella, que apenas recuerdo. Quizás por eso, como decía Proust y afirman los neurólogos, siempre reaparece en mi memoria y en mi ficción. De ello habla este capítulo de Proyecto Poppins: http://proyectopoppins.es/2012/07/22/la-nieve